"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
|
23-04-2014 |
Miseria de la Filosofía Política, contribución a la Miseria de la Política
Por ahora, creo que el Nobel a la Frivolidad Intelectual se lo lleva Gerardo Caetano
Uno de los méritos que hizo es su comentario sobre el saludo de Pedro a Tabaré, al que atribuyó gran importancia.
Presta toda la atención a la gestualidad de los actores y los aspectos visuales de la puesta en escena, y más importante aún es no tratar de desentrañar la trama
En ese simple cruce de divismos (si puede hablarse “divismo” con actores tan malos y aburridos, aquí el único verdadero actor sigue siendo el Pepe) la trama no existe, y el divismo está para ocultar la ausencia de trama. Y el comentarista que se ocupa de vestuarios y maquillaje es funcional a ese ocultamiento.
Para colmo, la trama la revela a continuación el mismo Pedro cuando propone que Tabaré se comprometa a firmar un TLC con EEUU, y lo respalda con una recopilación de las actitudes pro-yanquis de Tabaré incluyendo su guerra boba con Argentina con pedido de ayuda a Bush. “Ya que quieren votar por un candidato de derecha ¿por qué no me votan a mí? ” es el bicho que saca Pedro de la galera mientras Caetano anunciaba un gesto de “convivencia democrática”. ¡Vaya sagacidad la de este politólogo!
No nos interesa aquí la persona de Caetano, solo como representante de nuestros politólogos y periodistas que ante la actual disputa electoral parecen más periodistas deportivos o ni eso, apuntan los tantos y el tiempo de juego.
Esta nota se refiere a los politólogos . La política como un aspecto del proceso social es desde siempre objeto de estudio de distintas disciplinas específicas, cada una desde su propio abordaje. La “especialistis” académica termina haciendo acá una pseudociencia sin un método riguroso y además cortesana, trabaja para servir y legitimar el poder.
Georges Balandier, en “El poder de las escenas. La representación del poder y el poder de la representación” (1994) (1), hace un análisis de esa relación de la que habla ese título. La política siempre tuvo un componente teatral, porque la política ES la representación de fuerzas sociales en pugna. El teatro de la política ES política, en tanto el conflicto para resolverse, necesita ser representado.
Pero hay una gran diferencia entre ese teórico y nuestros comentaristas del espectáculo político. La seriedad de la ciencia está en buscar el fondo de las cosas. Se trata de descifrar el conflicto social representado en la escena, no de ocultarlo complementando los adornos, sumándose a la representación como otro elemento más de validación del discurso oficial, que sigue siendo oficial en sus distintos matices partidarios.
Explica Balandier la importancia del bufón , la transgresión permitida y contenida, lo mismo que el carnaval. A tal punto que rey sin bufón es rey inseguro
El Frente Amplio llega al gobierno en 2005 para saciar con falsas esperanzas el descontento social. Una sed atrasada de justicia, el desgaste de los viejos partidos burgueses, la sombra aún presente de la crisis del 2002 y la inexperiencia del nuevo partido de gobierno confluían en la incertidumbre. El poder necesitaba garantías especiales de parte del nuevo gobierno, que se establecieron rigurosamente. Una de ellas era el estilo de gobierno centralizado y verticalista, para asegurar la lealtad monolítica de la organización partidaria en su nueva función.
El gobierno de Tabaré fue muy parecido a una monarquía absoluta, y por eso necesitó de un bufón muy activo. El desgaste del monarca terminó llevando al bufón al trono , lo que trajo una curiosa situación. Como una pieza de ajedrez recargada por funciones defensivas diferentes, no podía cumplir muy bien ninguna de ellas, ni bufón ni rey. Mujica resuelve el problema con gran elegancia .
Como ya no sería bufón del gobierno sino del sistema y al mismo tiempo jefe de gobierno, resuelve cambiar de rol. En vez de bufón coronado, filósofo coronado. Su gobierno es una triste letanía de esperanzas imposibles, sueños hermosos de justicia e igualdad que son frustrados por el mundo cruel. “El último héroe” de Kusturica, el guerrillero derrotado que ahora representa el papel del presidente derrotado en sus buenas intenciones, y solo queda como enseñanza la estoica resignación. No se hace nada porque no se puede hacer nada
Pero el ex combatiente que logra -en el primer minuto- conmover al espectador mostrando sus heridas de guerra, al final de tanto repetirse termina siendo patético. Nadie se acuerda de los héroes que perdieron . Entonces ahora necesita hacer de cuenta que al menos algo quiere ganar.
El periodista Gabriel Pereyra se pregunta “¿Y si el gobierno quiere perder?” (El Observador, 17/04) asombrado por las diferencias que aparecen abiertamente entre Mujica, Astori, Bonomi, Mónica, Sendic. Parece que para este tipo de periodismo la política se reduce a las elecciones. Es muy común oírlos hablar de los “problemas de comunicación” del gobierno como si solamente se tratase de vender un producto, un marketing sin importar el contenido, como vender vistosos envases vacíos
Los problemas que tiene el gobierno de Mujica no son de marketing sino de diseño del producto en sí mismo, y el sabotaje de Mujica a su propio gobierno es en realidad su último intento de rescatarlo. Tratando de poner algún contenido en el envase vacío, él mismo pasa a ser su oposición. Porque su proyecto se agota.
No es casual que salga a hacer apología del delito de abuso de funciones, su héroe es el funcionario público transgresor que se rebela contra el burocratismo violando la ley incluso, como lo hizo él pegándole a Constanza sin respetar la inhibición constitucional. Qué puede importar eso, ¿acaso ya no estuvo preso y no cree un carajo en la justicia?
Donde la contradicción aparece con mayor crudeza es en la campaña “No a la baja” , cuestionada por Bonomi precisamente por un tema de “comunicación”. Los analistas y periodistas se asombran de esas diferencias, pero ¿de dónde surge la dificultad?
Toda la campaña de la izquierda se centra en la idea: Este problema no se resuelve por el camino punitivo mandando chiquilines a la cárcel, por el contrario, así se lo agrava
Bien, pero ¿y cómo se resuelve entonces? Porque esa idea central es correcta pero insuficiente. A la gente hay que ofrecerle una solución, no alcanza con refutar la solución del otro.
Podríamos decirle a Bonomi: Decir “decir no a la baja es una estrategia de comunicación incorrecta” , ¡es una estrategia de comunicación incorrecta! Decir “la baja ya se hizo” es aceptar la baja . Pretender que la solución sea la rehabilitación dentro del encuadre punitivo es justificar el encare punitivo del problema.
Para el pensamiento clásico de izquierda la cosa siempre estuvo muy clara. El delito que tiene una base social se lo combate con el cambio social . Si la causa es el hambre, eliminar el hambre; si la causa es la droga eliminar la alienación.
Pero ese no es discurso creíble si es dicho desde el gobierno, que es el responsable de la gestión social. Menos aun para un gobierno que se presume de izquierda, si ser de izquierda es ser portavoz del proyecto de cambio social. Al principio, la culpa de todo la tenía la “herencia maldita”, pero con el tiempo esa excusa se cae sola. Más aun con el planteo social-liberal del Frente Amplio en que la solución sería una política asistencial y una lenta redistribución apoyada en un esperado crecimiento capitalista. Hay un límite en eso de siempre patear para adelante.
Vamos entonces a la única novedad de esta campaña: Constanza
Lo interesante para nuestro tema es que se trata de una politóloga metida a política , y la mirada de los politólogos sobre ella viene a ser como una politología al cuadrado. Y hablando de cuadrado...
Preguntado sobre su colega Constanza, Caetano arranca diciendo que el gobierno del FA ha sido “la obra de Tres Hombres” (Tabaré, el Pepe y Astori).
Claro está, siempre es prudente invocar a los Hombres Importantes (tres o los que sean) si el temor que se tiene es por una posible mujer descarriada. Lo que llama la atención es que esa visceral reacción conservadora sea tan transparente y automática, como en un perro de Pavlov.
No tengo nada contra los autodidactas, yo lo soy. Caetano tiene un título de licenciado en Historia y se agregó por su cuenta la condición de politólogo. No es un pecado tan grave.
Pero lo que es imperdonable es que UN HISTORIADOR , en el siglo XXI, nos venga con el cuento carlyliano de la historia como obra de los “grandes hombres”!!!!
Me da la impresión que Caetano, conciente de que como historiador es muy malo , prefiere abandonar el terreno de la Historia como ciencia dura y refugiarse en la pseudociencia política donde el diletantismo campea.
Dice que Constanza representa “los disensos” en el Frente Amplio, y que los disensos son “normales”. ¿Qué quiere decir normal en este caso? Quiere decir naturalizar la falta de disenso .
Todos estos estudiosos de la política -incluyendo a Constanza- hablan de la necesidad de “renovación generacional y de género”, vaya novedad. Lo interesante sería que explicasen por qué la feroz resistencia a esa renovación por parte de “nuestra clase política”, y cómo compaginan eso con sus teorías sobre la “democracia uruguaya”.
Si Constanza es la expresión del disenso (o el “desafío”) dentro del frenteamplismo, es la prueba de como se ha desinflado ese disenso , de como, en realidad, a muy poco “se animan” (pese a la letra de Samantha Navarro). Podemos resumir su propuesta en una simple frase: capitalismo con rostro humano. La alternativa solitaria de Constanza, tardía, lavada y desanimada , sin aparato y sin pelea real, es testimonio de que ya no sale jugo del fruto seco.
No es un “rastrillo de izquierda”, es una muestra más del agotamiento histórico del proyecto frenteamplista
Sin embargo Constanza logra decir algunas crudas verdades, aunque las diga a medias. El Frente está también electoralmente agotado, ha comenzado un lento proceso descendente. La tontería de la burocracia frentista de traer de nuevo a Tabaré ha agravado el problema, y solo ha servido para poner en evidencia el grado de la decadencia que se vive. Y ahora la “candidato-dependencia” también se propaga hacia abajo, tratando de resolver las cosas con un vicepresidente.
Incluso el modesto crecimiento de Constanza es prueba del agotamiento del Frente. No viene a renovar nada, pero es el voto por descarte. Es entre cinco y siete veces más que el voto a Asamblea Popular, cuyo techo es otro indicador más del agotamiento del proyecto frenteamplista, y no es un contrasentido. Asamblea Popular es, fuera del Frente, la nostalgia por el Frente perdido, sin ninguna renovación radical de las ideas. Volver al Frente perdido, ¡una izquierda mirando al pasado! ¿Cómo quieren que crezca? Lo que sí compite con Constanza es el voto en blanco, la otra forma del descarte, que por ahora hasta la empata, más o menos.
Ni el Frente logra sacar ventaja del vacío de la oposición, ni la oposición de la decadencia del Frente. Sumando dos más dos resulta una decadencia general del sistema político. Habrá poca votación en estas internas
A principios de los 90 (no recuerdo la fecha exacta) el conjunto español Locomía andaba de gira por acá, y se quiso hacer una presentación en el Palacio Peñarol. Pero no se logró vender entradas suficientes como para cubrir los costos, y el espectáculo se canceló por falta de espectadores.
Cuando la gente deja de concurrir al teatro no es por problemas con el maquillaje de los actores o el vestuario, es porque el espectáculo ya no interesa . Ocurre cuando ese teatro ya no tiene nada que ver con la vida, ni siquiera en su función escapista; cuando ni para vender falsas ilusiones sirve. Uno de los síntomas de esto es cuando el crítico ganapán queda dando vueltas en los temas de apariencia de la escena , porque ya no tiene otra cosa de qué hablar.
Se dice que el padre de la ciencia política es Nicolás Maquiavelo, Florencia, Siglo XV. Es raro pensar que una figura caracterizada por la audacia intelectual tenga algo que ver con gente tan pusilánime a la hora de pensar, como nuestros actuales politólogos. Sin embargo hay algo que realmente han tomado de él: la venalidad
Maquiavelo fue un intelectual versátil y creativo, y también un político activo que actuó como administrador y diplomático. Era un republicano convencido, lo que podría ser para su época un hombre de izquierda. Pero cuando la familia muy adinerada de los Médici vuelve al poder desplazando a la república que los había sacado años antes, Maquiavelo pierde su puesto de funcionario. Vienen años de penuria económica, que coinciden con su período de mayor productividad intelectual y artística, y de sus obras teóricas principales. Pero Maquiavelo quería volver, y para ello se dedica a adular a los Médici tratando de venderles sus servicios de asesor. Los Médici no le prestan ninguna atención.
Maquiavelo insiste lastimosamente durante años, y al final, cuando los Médici ya están en decadencia, consigue que le den un carguito miserable. Pero casi enseguida los Médici son nuevamente derrocados, y vuelve la república. Maquiavelo intenta entonces acercarse a sus viejos compañeros, pero le cierran la puerta en la cara. Bien hecho.
Y ese es el problema que muchas veces tienen los politólogos que se meten a políticos. Se pasan de maquiavelos . No estaría mal que aprendiesen la mayor lección que les dejó su maestro, muy a pesar de sí mismo.
La renovación que verdaderamente estamos necesitando no es de generaciones ni de géneros aunque eso siga también pendiente. Es una urgente renovación de ideas. Pero para que eso ocurra es necesaria una condición previa. Un cambio de ACTITUD ANTE LA IDEA
Simplemente, recuperar el amor a la verdad.
1. http://www.ebiblioteca.org/?/ver/61047
2. https://www.youtube.com/watch?v=x2wYsvmyE5I ,
http://espacio567.uy/el-frente-amplio-necesita-dar-un-salto/
Copyright © 2007 SURda All rights reserved. webmaster@surda.se | |