"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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05-11-2016 |
Formación docente y laicismo
“Los problemas que sí son específicos de la educación son la formación (y, por ende, la aptitud y actitud de los docentes), los […] de gestión y la interpretación del laicismo.” Lejos de pretender reflexiones novedosas e indiscutibles, van algunas, sobre la formación y el laicismo, fruto de décadas de docencia en secundaria, formación docente y universitaria.
La formación docente
La formación docente y el ejercicio de la tarea, debe pensarse en función del alumnado. Aunque parezca trivial, una base de mínimo acuerdo ideológico, sería propender a personas más aptas física, síquica y socialmente. Sin embargo, no es posible universalizar dicho acuerdo, desde que hay intereses que propenden al tabaquismo, al alcoholismo, a la drogadicción, a la mediocridad intelectual, al individualismo estrecho. No obstante, hay que hacer consciente al bloque popular de esas premisas mínimas. Saber que educar es formar personalidades, contribuir a seres más sanos, fuertes, ágiles, esbeltos, resistentes, hábiles, inteligentes, emocionalmente equilibrados, dotados de resiliencia para afrontar las adversidades. Seres capaces de alimentarse mediante una ingesta adecuada de sustancias necesarias para la salud y evitar el consumo de las dañinas; capaces de encontrar el equilibrio entre el trabajo (manual e intelectual, sin que ninguno se considere superior), el esparcimiento y el descanso; capaces de leer, pensar, investigar, ser curiosos, escuchar, comprender a otros, ser hábiles en la transmisión de ideas y de afectos, favorecer la felicidad de otros; ser capaces de evitar el dolor ajeno en todo lo que sea posible, de respetar la vida aún en sus más insignificantes formas, de respetar al diferente. Para todo ello, es crucial ejercitar la inteligencia emocional, en pos de seres solidarios, empáticos, evitando la agresividad. Alumnos agresivos, tristes, reprimidos, no aprenden bien y docentes con esas características, tampoco enseñan bien. Para lograrlo, son los docentes los primeros que deben aprender a controlarse, a ser ejemplares como trabajadores, a estudiar para ser docentes y luego continuar en formación permanente, y a ser coherentes entre lo que se piensa, dice y hace. Tarea que debe abordarse ya, aunque sus resultados sean limitados sin otras diversas transformaciones.
Modificaciones básicas
Se imponen modificaciones. La profesión docente, hoy degradada, debe ser apreciada, reconocida y que permita seleccionar a muy buenos estudiantes; se logrará no solo con buenas retribuciones, sino con estímulos morales, que la jerarquice. Además, solo en Primaria se exige título para trabajar. Hay un alto número de docentes no efectivos en la Enseñanza Secundaria y en UTU, que rondan entre el 30 y el 50% respectivamente. En Formación Docente, los cargos, en general, se proveen por llamados a aspiraciones. Con frecuencia, por ser cortas las listas de aspirantes que obtienen el puntaje mínimo requerido, se convoca a quienes no llegan a ese mínimo. Es improrrogable exigir la titulación en todas las ramas. Para potenciar a la Enseñanza Pública a los buenos docentes hay que atraerlos con cargos bien remunerados y crear la modalidad de dedicación exclusiva con altas compensaciones para los mejores. Es inseparable de la formación docente la investigación. Se trata de estudiar con amplitud y profundidad, ser didácticos en la trasmisión, saber a quiénes nos estamos dirigiendo y poseer espíritu de búsqueda, de investigación. La disputa histórica entre Antonio Grompone y Carlos Vaz Ferreira, gestores respectivos del Instituto de Profesores y de la Facultad de Humanidades, a la luz de la experiencia, debe motivar una síntesis, hacia la cual parece apuntar la anunciada Facultad de la Educación. La formación docente se basa en el estudio de las específicas diversas áreas de conocimiento, pero también en el estudio de la sicología y de la sociología, que aporta la visión de a quiénes y cómo nos debemos dirigir. Debe mover a la reflexión y a la investigación, y comprender a cabalidad, que no debe limitarse al saber adquirido en las aulas, sino sumar el de las calles, los campos, los espectáculos, etc. Por otra parte, en una época en que se prolonga la vida media, no se justifica el lujo de prescindir de los docentes fogueados por su límite etario. Se trata de saber, a cierta altura (por ejemplo, a los 70 años) si el docente dice “basta” o está dispuesto y en condiciones de asesorar a los más jóvenes, a ayudar en la investigación.
El laicismo y su aplicación actual
El laicismo defiende la independencia del ser humano y de la sociedad de las influencias religiosas. La educación laica es una transacción, después de duros debates del liberalismo contra la Iglesia Católica por el control de la enseñanza. Aspira a reglamentar en los centros de enseñanza la prédica religiosa, evitando conflictos cuando hay posturas diferentes. Desde fines del siglo XIX, se excluye la enseñanza religiosa, pero no se la prohíbe.
Cuando Uruguay se europeiza, y se pasa del “período oriental” al “uruguayo” , José Pedro Varela acepta conducir -bajo la dictadura militar de Lorenzo Latorre- la reforma escolar (1876-1879). Juzga que “la mayoría del país es católica e ignorante” , por lo que hay que transar con la realidad. Por ende, su laicismo tiene alcance limitado, y por momentos lo reduce a que en las escuelas públicas no se enseñen dogmas religiosos. Y hasta admite la legitimidad de la enseñanza dogmática en escuelas religiosas, porque entre la carencia de escuela y una escuela con catecismo, la segunda es mejor. Saltando del siglo XIX al XXI llegamos a la propuesta del Dr. Julio María Sanguinetti de prohibir el velo islámico en las escuelas, propuesta basada en la “ley del velo” francés (2004). Amnistía Internacional cuestiona esa ley por violatoria de los derechos humanos.
Partiendo del laicismo (solución transaccional, repetimos) juzgamos que es preferible que los dogmáticos usen velos o cruces a condición que convivan con quienes no los usan. En tiempos recientes, Uruguay ha aumentado los problemas, al autorizar la cruz papal en Bulevar Artigas, la estatua del culto de Iemanya, y, por si fuera poco, desde autoridades del oficialismo se les ha ocurrido la idea de una Plaza de las Religiones, desconociendo a los ciudadanos ateos, o promueven actividades místicas new age. Aunque el laicismo no asegura por sí solo la eficacia de la educación, hay que defenderlo. Forma parte de la lucha por la hegemonía ideológica. Y detrás, como telón de fondo, debemos saber que quien controle la educación, diseñará el futuro e interpretará el pasado. Alerta trabajadores y sus aliados populares. La lucha es por sustituir el “yo” por el “nosotros” (Makarenko).
“Sociedad y educación”. “Voces”. 20 de octubre de 2016
José Pedro Varela. “La legislación escolar” (1876)
Marcelo Aguiar Pardo. “El incienso es el mismo”. “ladiaria ”, 31 de octubre de 2016.
Sociedad y educación (2)
En los países dependientes los programas educativos aplicados son impuestos o influidos desde el exterior, lo que también sucede con todos los culturales, los económicos, los sociales, los políticos. Desde el Club de Bilderberg -donde los super millonarios y empresarios se reúnen con los políticos de las principales potencias y se rodean de científicos e intelectuales del más alto nivel- se proyectan decisiones en todos los ámbitos, que las canalizan a través de instituciones como la ONU, la OTAN, el FMI y el Banco Mundial. Así fue, por ejemplo, la Reforma Rama.
Los intereses del bloque del gran capital
El bloque del gran capital trasnacional, para consolidar su poder y su hegemonía, escinde los valores impartidos a los suyos, tendentes a afirmar el sistema capitalista, a formar individuos aptos para competir en el mercado, de otros valores, que formen asalariados embrutecidos y sumisos; escinde una educación privada con recursos, de mejor calidad, para los primeros, y una pública, de peor calidad, para las clases y sectores populares. En Uruguay logra un gran avance durante la dictadura de la “Seguridad Nacional” (1984) rompiendo el monopolio de la Universidad de la República, y creando la primera universidad privada, la Católica, a la que le siguen otras. A esto se agrega que la enseñanza privada no paga aportes patronales a la seguridad social, y se exonera de impuestos a las empresas donantes, lo que significa que el Estado financia las prestaciones sociales de los trabajadores de esas instituciones, y permite que se desvíe dinero que debe ingresar a sus arcas para financiar la enseñanza privada, resignando impuestos. O sea que, todos los ciudadanos pagan, algunos pagan menos (las instituciones privadas de enseñanza), y pocos empresarios deciden sobre parte de lo que pagamos, apareciendo como filántropos. Lógicamente, combaten a los sindicatos de docentes y funcionarios, golpeando sus flancos débiles, en pos de aumentar la influencia de los centros privados y disminuir el gasto y el rol de la Enseñanza Pública.
Esa actitud tiene su explicación en un añorado mundo sin fronteras, donde los Estados Nacionales molestan, y en que se ha creado un mercado de trabajo donde la mano de obra de los países ricos está en competencia con la de los países donde los salarios son diez o veinte veces inferiores. Ello determina que en los países industrializados, de modo ininterrumpido, bajen los salarios y aumente el desempleo. Y por supuesto, con la telaraña de los TLC que se imponen a los paises dependientes, también en ellos, descienden los salarios y aumenta el desempleo. La nueva pobreza es pues, estructural: no hay trabajo, ni alimentos, ni cuidados médicos para gran parte de la población mundial: casos extremos son Haití, África, Siria, etc. Los excluidos y marginados no importan como consumidores y conforman una humanidad diferente, cuyo destino no interesa al gran capital.
En este panorama, la educación, como aparato ideológico, está en disputa. Y es clave para lograr la hegemonía del bloque social dominante, que -además de la coerción del poder- agregue la capacidad de convencer, de penetrar con sus ideas y valores a los dominados. Pero esa capacidad de convicción (hegemonía) solo reside parcialmente en el Estado; además, radica en lo que Gramsci denomina “la sociedad civil”, la red de instituciones culturales, partidos, sindicatos, cooperativas, iglesias, medios de comunicación, etc. De allí que la transformación de las estructuras requiere ante todo y por sobre todo, batalla de ideas, convencer a las mayorías explotadas y oprimidas para que se eduquen y lleven adelante los programas que las expresan, sin lo cual la pretensión de “tomar el poder” (al estilo de la Bastilla o del Palacio de Invierno) es inútil.
Las diez estrategias de manipulación
La educación no se imparte solo desde los centros de enseñanza. El lingüista estadounidense Noam Chomsky ha elaborado las “diez estrategias de manipulación” a través de los medios, de las cuales destacaré algunas. La primera, la de la distracción, elemento primordial del control social, consistente en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites económicas y políticas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes, que es indispensable para impedir al público que se interese por los conocimientos esenciales y mantenerlo lejos de los problemas sociales, sin tiempo para pensar. Utilizar el aspecto emocional mucho más que el racional, con el fin de implantar ideas, deseos, miedos, e inducir comportamientos. En sentido similar, el neurobiológico y socialista noruego Gernot Ernst, fundamenta razones por la cual el pueblo pobre apoya a las derechas: primero, los medios muestran hechos que provocan miedo; luego aparece el “candidato” protector, que provoca un sentimiento patriarcal, puesto que al padre se le cree, sea Trump, Rajoy o Macri. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Y conocer a los individuos mejor de lo que ellos se conocen a sí mismo, merced a los avances de la biología, neurobiología y sicología, lo que permite su mayor control.
La educación vista “por ellos” y “por nosotros”
Cuando los políticos o académicos que responden a los intereses de ese bloque del gran capital se “preocupan” por la educación, cumplen la función de desacreditar los avances logrados por los gobiernos progresistas. Sin embargo, a la vez, propugnan “la apertura comercial” con los denominados tratados de libre comercio, preocupados (sin comillas) por incrementar las exportaciones de sus empresas, al tiempo que les importa un bledo el hecho que tales tratados incrementan las importaciones de bienes y servicios, empujando a una mayor des-industrialización, y por ende, a mayor miseria y marginación social. En cambio, la visión de los trabajadores y del bloque popular alternativo parte de saber que si bien, pueden haber avances parciales, no podrá haber una profunda transformación educativa sin que la haya en las diversas estructuras, lo que equivale a una profunda revolución.
Edurectificación
Rectificación Julio A. Louis
En el segundo de los artículos titulados “Sociedad y educación” expongo: “El lingüista estadounidense Noam Chomsky ha elaborado las “diez estrategias de manipulación” a través de los medios, de las cuales destacaré algunas.”. He recibido el desmentido que reenvío a todos en “htpp://blogdelviejotopo.blogspot.com.uy/2013/02/un-texto-apocrifo-de-chomsky-las-10.html” donde se explica que no ha sido Chomsky el autor de ese texto. Por ello, hago la inmediata rectificación y aclaro que esa información la he recibido y de buena fe repetido. Mantengo sí, lo fundamentado.